jueves, 9 de julio de 2009

Wolf at the Door: Epílogo, Tres años después.

La puerta entornada proyectó una luz en la oscura habitación, dándole a Tom de lleno en el rostro. Entreabrió un ojo perezoso para ver qué sucedía y la figura que asomaba desde el pasillo hizo un ruidito para llamar su atención.
- ¿Papi?- Masculló, al no tener resultados.
Tom sacudió la cabeza y carraspeó suavemente, tratando de no despertar a Maggie.
- ¿Qué sucede, Lena?
La niña entró en puntas de pie, acercándose a la cama con sigilo. En esos últimos años había crecido bastante y, a sus siete años, se parecía a su padre más que nunca.
- No puedo dormir.- Dijo en voz baja.
- ¿Por qué no?- Quiso saber él, estirando una mano para acariciarle la mejilla.
- Estoy nerviosa.
Tom suspiró y le dedicó una sonrisa que de seguro su hija no pudo ver en la oscuridad. Llevaba nerviosa por su primer espectáculo de ballet por lo menos una semana. Le había preguntado a Tom por lo menos cien veces qué hacer sobre el escenario y él la había aconsejado lo más posible.
- Ya verás que todo sale bien. Has practicado muchísimo.- Maggie se movió en sueños del otro lado de la cama y Tom le hizo señas a su hija para que se acercara más. Si la despertaban, de seguro tendría algún otro antojo. La noche anterior había tenido que conducir durante hora y media buscando helado de vainilla.
- Pero, ¿y si me olvido de algo?- Inquirió, angustiada.- ¿Y si no recuerdo los pasos? ¿Y si me olvido de las entradas y no pueden ir a verme?
- Nena, no te olvidarás de nada y las entradas ya fueron repartidas. Hasta Rich y Tim tienen las suyas ya.- Le acarició el cabello.- Tranquilízate.
Ella asintió quedamente.
- ¿Puedo dormir con ustedes?- Pidió tímidamente y Tom no pudo resistirse a ella.
Tratando de no espabilarse demasiado, se sentó en la cama para que Lena pudiera pasar por detrás de su espalda. Su hija se acomodó de inmediato entre ambos y le dedicó una dulce sonrisa de agradecimiento, mientras iba cerrando los ojitos hasta dormirse profundamente, ya sin temores, ya sin nervios.
Tom se consideró satisfecho al ver que Lena estaba mejor, se recostó nuevamente y trató de recuperar el sueño. Al día siguiente tendrían que levantarse temprano. Maggie tenía cita con el médico, quería comprarle a Lena un tutú nuevo para su concierto y además…
Bostezó, ya casi inconsciente y sus pensamientos se apagaron de pronto.
Sin embargo, volvió a abrir los ojos bruscamente al sentir una presión en el rostro. Espió, aunque ya sospechando, y se encontró con que su hijo más pequeño estaba picándole la mejilla con un diminuto dedo, tratando de despertarlo.
- ¿Qué pasa, Tommy?- Farfulló, mitad dormido, mitad despierto.
El niño de dos años llevaba al pobre y viejo Coco estrangulado bajo el brazo. El conejo parecía ser una de esas cosas que pasarían de generación en generación: Lena se lo había obsequiado a los pocos días de nacer y estaba convenciendo a su hermanito de que se lo cediera al bebé que llegaría en poco más de dos meses.
- Pipí.- Respondió éste, estrujándose las manitos una con otra.
- ¿Quieres ir al baño?- Le preguntó su padre. Tommy sacudió la cabeza, con tristeza.
- Pipí en la cama.
Tom suspiró y evaluó la posibilidad de levantarse, cambiarle las sábanas y regresar a dormir, pero eran las tres y media de la mañana y estaba demasiado cómodo.
- No te preocupes, ven a dormir con nosotros.- Estiró los brazos y levantó al niño sin dificultad alguna, acostándolo entre Lena y él. Tommy se acurrucó contra la almohada en menos de un minuto y, chupándose un dedo, trató de volver a dormir.
Su padre, en cambio, de repente se sentía desvelado. Le sucedía a veces, cuando la noche los envolvía en su silencio, Maggie se apretaba contra él en busca de calor y sabía que sus hijos descansaban sin temor alguno en la seguridad de sus camas. Se desvelaba porque al contemplarlos y al contemplar toda la dicha que le daban, se sentía tan feliz y completo que parecía a punto de estallar.
Cruzó su brazo sobre Tommy y Lena y apoyó la mano sobre el vientre de Maggie. Ella ni siquiera despertó, pero la sonrisa que apareció lentamente en su rostro le hizo saber que estaba tan feliz como él.
Echándole un último vistazo a su familia antes de caer irremediablemente dormido, Tom también sonrió y se preguntó quién podría no estar feliz así.
***


FIN.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

wow excelente final
te felicito todas tus historias son muy buenas =)

pili dijo...

PER-FEC-TO!!!!!!!
ABSOLUTAMENTE...me dio tanto gusto ver a este imaginario Tom Tan feliz, que casi que deseo que el verdadero sea asì de feliz al fin , pronto...

sam_mccartney dijo...

Awwwww hasta quiero llorar...
jeje...
GENIAL, me encanto!!
:D

asdasdasd_ dijo...

hay !!! te pasaste ! lo ame, es que fue como todo tsn tierno y ... no se ... como que me llegó :D te felicito, de vdd que te salio demasiado lindo y fue un final perfecto :D

Arani dijo...

me encanto!!!!!!!!!

Maggie dijo...

ahh simplemente prefecto!!!

sigue así!

maru_kaiser.keane dijo...

simplemente me ancanto!!
amo tus fics!!!!

karidiva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lali dijo...

geniaaaaaal
aaaa me encantó el final, tom maduró(L jajaj
please subi otro pronto !!! me lei todos, aunqe solo me falta bend&break, es el ultimo qe me qeda por leer, espero subas otro fic pronto :)

karidiva dijo...

Reviso casi diariamente este fics para ver si has subido otro y sufro porque no hay nada nuevo!!! :-(

Son muy buenos, los leí todos, ojalá sigas escribiendo, hay varias personas más como yo, que los disfrutamos demasiado

Unknown dijo...

muy buenas tus fics, aun ahora se siguen leyendo y a las fans noveleras nos encantan, seria un placer que siguieras escribiendo fics ahora :) tambien creo que deberias hacer un libro, yo lo compraria y hasta de a dos veces ;)