martes, 26 de enero de 2010

Leaving So Soon: Capítulo 23.

El rumor de la partida de Georgia se corrió tan rápido como se había corrido el de su llegada. Sin embargo, los habitantes de Battle se olvidaron de ella en seguida. No era la primera vez que hacía algo así y al haber estado tantos años lejos de allí, muchos casi no se acordaban de ella. Además, esa misma noche, la mujer del dueño de uno de los restaurantes más elegantes del pueblo apareció ebria en la puerta del local, clamando que iba a matar a su marido porque se acostaba con una camarera. En una localidad tan reducida como era Battle, era fácil aburrirse de una noticia como la de Georgia, de modo que todo el mundo dirigió sus cotilleos hacia el nuevo escándalo.
Todo el mundo, excepto Jayne Rice-Oxley. A ella poco le importaba de qué hablaban los demás y la sonrisa grabada en su rostro no tenía que ver con chismes, sino con certezas. La primera certeza era que su mentira había surtido efecto. La segunda, que esta vez nada iba a separarla de Tim.
Durante unas pocas pero desesperantes horas, había sentido miedo. ¿Y si Georgia le había ido con el cuento a Tim y se habían fugado juntos? ¿Y si Tim no era el hombre que ella siempre había creído que era y terminaba dejándose llevar más por un par de largas piernas que por la posibilidad de tener un hijo con su esposa?
Pero todos sus miedos se desvanecieron cuando, ya bastante pasada la medianoche, Jayne oyó el auto estacionando en la entrada. Unos pocos segundos después, Tim irrumpía en la sala.
Lucía terrible, como si acabara de ser arrollado por una aplanadora. Tenía el cabello despeinado y en cualquier dirección y la ropa desarreglada. Y lo peor, al observarlo con atención, era la mirada: totalmente perdida y desencajada como si ni siquiera supiera donde estaba parado, como si sus ojos necesitaran escapar de la luz de la sala, como si no viera a la mujer que le sonreía desde el sillón.
- Hola cariño, ya me tenías preocupada.- Musitó Jayne, sin poder disimular la alegría de su tono.- ¿Cenaste? ¿Quieres que te prepare algo?
Tim no respondió, ni la miró, ni mostró señales de haberla oído. Como si estuviera intentando recordar cuál era su lugar en aquella casa y a dónde conducían los pasillos, avanzó con paso vacilante y, después de un minuto, Jayne lo oyó encerrarse en su estudio.
Jamás, en los muchos años que hacía que Jayne conocía a Tim, en los muchos años que hacía que lo amaba, lo había visto así, destruido, derrotado, extraviado. Y, a pesar de ello, Jayne continuó sonriendo, porque el abatimiento de su esposo no hacía más que seguir confirmando que todo había acabado al fin.

El sol estaba brillando con bastante fuerza cuando Richard estacionó su auto frente a la casa de Tim dos días más tarde. Se quitó los lentes de sol y los dejó sobre el tablero, mientras observaba la fachada de la casa con el ceño fruncido. No había sabido nada de su amigo desde que le dijera que había visto a Georgia cargando sus maletas por más que no había dejado de llamarlo por teléfono desde entonces.
- Yo tampoco sé nada de él.- Le dijo Tom esa mañana cuando lo llamó en busca de noticias.- Fui ayer a verlo. El auto de Jayne no estaba, pero el de Tim sí. Y por más que golpeé a la puerta durante varios minutos nadie me abrió.
- ¿Crees que es posible que no hubiese nadie?- Había preguntado Richard, intentando con todas sus fuerzas encontrarle el lado positivo a todo.
- Ni idea. Eso espero.- Murmuró Tom con cierta desconfianza.
Echando un vistazo alrededor, Rich divisó que ambos autos estaban estacionados a un lado de la casa y varias ventanas estaban abiertas para permitir que pasara la agradable brisa de verano al interior.
Aún así, un escalofrío lo recorrió cuando no hizo más que pisar la galería, como si algo dentro de él supiera que lo que iba a encontrar no sería demasiado alentador. Llamó a la puerta, reticente y algo nervioso.
Jayne le abrió casi de inmediato y Richard vaciló. Se la veía radiante, incluso feliz. Las cosas no podían estar tan mal si Jayne se encontraba de aquel modo…
- ¡Rich!- Exclamó con entusiasmo.- ¡Qué sorpresa! Tim no me dijo que vendrías.
- No lo sabe, he decidido pasar a hablar con él un momento…- Dijo, clavando sus ojos celestes con total atención en la mujer que tenía delante.
- No hay problema. Pasa, pasa, estaba haciendo un poco de té, ¿quieres?- Ofreció, regresando hacia la cocina y dejándolo encargado de que cerrara la puerta después de entrar.
- Gracias, Jayne, quizás otro día. estoy un poco apurado, sólo necesito comentarle algo a Tim…- Ella iba de un lado a otro de la cocina, buscando una taza, sirviendo el agua caliente, casi brincando más que caminando…- ¿Dónde está?
- En su estudio.- Respondió como si nada.- Ya sabes cómo es: no puedo hacer que deje de trabajar ni en su tiempo libre. Lleva encerrado ahí desde antes de que me levantara esta mañana.
- Bueno, con tu permiso, iré a…
- Claro, claro.- Interrumpió amablemente.- Estás en tu casa. ¿Seguro no quieres té?
- Muy seguro, gracias.- Le dedicó una pequeña sonrisa y luego giró sobre sus talones para recorrer el pasillo que conducía al estudio.
De vuelta volvió a sentir el escalofrío, pero… si Jayne estaba de tan buen humor, era imposible que algo anduviera mal… ¿o no?
Golpeó los nudillos suavemente, pero no obtuvo respuesta. Volvió a repetir durante varios segundos, sin resultado alguno. Y, finalmente, ya demasiado preocupado para quedarse como un idiota allí, limitándose a golpear una puerta, abrió y entró.
Tim estaba, en efecto, en su estudio. Dándole la espalda a la entrada, estaba sentado en la silla de su escritorio, que había movido hasta la ventana y parecía inmerso en la contemplación del mundo exterior. Ni siquiera se movió cuando oyó que Richard entraba.
Cerrando detrás de él, Rich avanzó muy despacio hacia su amigo, tratando de llamar su atención sin sobresaltarlo. Sin embargo, Tim seguía sin moverse. Sus ojos estaban clavados en la vista que le ofrecía la ventana, absolutamente absorto.
Era la visión más triste que Richard había contemplado en su vida. Parecía la representación de la mismísima miseria y no recordaba haberlo visto así ni siquiera cuando Georgia lo había abandonado la primera vez. Imaginaba que esta vez había acabado de aplastar todos sus sueños por completo. Lo que quedaba no era más que la sombra del hombre que Tim siempre había sido.
Se inclinó a su lado, poniendo la mano en el apoyabrazos de la silla.
- ¿Tim?- Susurró, en voz baja y tranquila, para no asustarlo.
No se inmutó. Richard se preguntó cuánto tiempo llevaría sin parpadear, mirando tan fijamente ese punto en la distancia que sólo él parecía ver.
- ¿Tim?- Insistió, y esta vez le tocó un brazo.
Muy lentamente, Tim giró la cabeza y lo miró. No dijo nada, era como si procesara la información, como si necesitara tiempo para asimilar que lo que veía era a Rich agachado junto a él, hablándole.
- Hola.- Musitó Rich, despacio. No tenía mucho sentido someterlo a un largo interrogatorio sobre su bienestar. Las respuestas eran obvias, estaban a la vista.
Tim pareció perder el interés demasiado pronto. Volvió a girar la cabeza y concentrarse en la ventana, sin abrir la boca. Apenas sí parpadeó, como si hacerlo conllevara un esfuerzo gigantesco.
Suspirando, Rich se tragó la amargura que le subía por la garganta.
- Bien.- Le sonrió débilmente.- Me sentaré aquí detrás de ti, en el sillón, por si quieres hablar en un rato.
Tim siguió ignorándolo, aunque Rich no podía asegurar si lo hacía apropósito porque no quería hablar con nadie o si era inconsciente, por que estaba demasiado sumido en su dolor para notar el mundo que seguía andando a su alrededor.
Hubo un pequeño golpecito en la puerta justo cuando Richard se acomodaba en el sillón sin dejar de mirar a su amigo, y Jayne irrumpió en el estudio, tan sonriente como siempre, acarreando una bandeja.
- Perdón que interrumpa la charla.- Masculló despreocupadamente y Rich la observó atónito, preguntándose si estaba ciega o si se negaba a ver.- Pero Tim no tenía hambre más temprano, y está sin comer nada.- Dejó la bandeja, con una taza de té y un platito con sándwiches, en una mesita junto a su marido.- Avísame si quieres más, cariño.- Le dijo con dulzura, y después le plantó un tierno beso en la cabeza, del que Tim no se dio cuenta, porque seguía en su mismo sitio, ajeno a que su mujer estaba allí.
Aquello parecía la escena de una mala película en que el personaje está recluido en una institución mental, pero aún más recluido dentro de su propio mundo. Richard empezó a desesperar, sin saber qué hacer, y cuando se quedaron solos otra vez, no pudo más que decirse a sí mismo que quizás Jayne también estaba demasiado asustada como para aceptar que algo andaba mal.
Sacó su celular del bolsillo, con la intención de escribirle un mensaje a Tom, aunque no sabía bien como explicar en caracteres reducidos lo que estaba sucediendo allí.
- Estarás satisfecho, después de todo.- Musitó una voz extraña y entrecortada y Richard tuvo que mirar todos los rincones de la habitación para asegurarse de que no hubiese nadie más allí. Esa voz no sonaba en nada a la de Tim y, sin embargo, era él quien había hablado al fin.
- ¿Qué dices?- Inquirió Rich, confundido, apresurándose a ir junto a su amigo.
Los ojos azules de Tim, que parecían haber cobrado un triste tono grisáceo, seguían ocupados en la contemplación de la ventana.
- No querías que estuviera con Geor… con ella.- Susurró y el nombre se le atragantó en un sollozo mal disimulado, incapaz de decirlo.- No querías que hiciera mi vida con ella, te parecía que era una locura y…
- No, Tim, lo único que yo quiero es que seas feliz. El cómo, el por qué y el con quién, no me interesan.- Le aseguro, pacientemente.
- Quizás debí escucharte.- De una vez por todas, Tim ladeó la cabeza y miró a su amigo. La desesperación que parecía correr por su rostro era tan terrible que a Richard se le estrujó el corazón, adolorido, como si acabaran de abandonarlo a él también.- No sé por que pensé… pensé que esta vez sería diferente. Que me amaría lo suficiente para dejar atrás cualquier otra cosa.
- No te tortures, Tim.- Le pidió, abatido.- No vale la pena.
- No, no vale la pena sufrir por alguien que prefiere un par de zapatos a un hombre que la amaría incondicionalmente…- Repuso. La emoción, cualquier dejo de expresividad, se habían desvanecido. Tim hablaba como si fuera una persona sin alma, sin corazón, sin espíritu. No más que un envase vacío sin utilidad alguna.- Y así y todo… tengo un presentimiento.
- ¿Qué tipo de presentimiento?- Frunciendo el ceño, Rich lo miró con curiosidad.
- De que me necesita, de que me ama…- Negó con la cabeza, casi dejando escapar lo que sonaba parecido a una risa, pero absolutamente distorsionado.- Qué idiota, ¿verdad?
Como no sabía qué contestar, Richard se quedó callado. ¿Qué sentido tenía decirle a un hombre enamorado y herido hasta lo más profundo cualquier comentario estúpido a modo de consuelo? El dolor era demasiado fuerte. Lo único que se podía hacer era esperar a que todo fuera cicatrizando, y a que el sufrimiento atenuara. Rich esperaba que no se demorara demasiado o acabarían juntando los restos de Tim para reconstruir una persona complemente nueva, pero extremadamente dañada.
- ¿Por qué no comes algo de lo que Jayne te trajo?- Dijo después de un rato. Le acercó el plato de sándwiches, pero Tim ni lo miró.- El té está enfriándose, pero puedo pedirle que te traiga otra taza…
- No quiero nada.
- Tienes que comer.
Con una voz cansada, como si hiciera años que no dormía, Tim volvió a mirarlo una vez más.
- Sólo quiero estar solo, Rich.
- ¿Te parece una buena idea?- Replicó, riñéndolo.- ¿Quedarte aquí sentado, compadeciéndote a ti mismo?
Los ojos de Tim parecieron llamear por un segundo, en un arranque de furia.
- Cuando a ti te abandone la misma mujer, de la misma manera, dos veces, Richard, quiero que vengas a verme y decirme qué se siente.- Gruñó.- Cuando ames siquiera la mitad de lo que yo amo a Georgia, cuando hayan destrozado todos tus sueños como si fuesen baratijas sin importancia, entonces hablaremos.
- Escucha…
- Vete de aquí.- Murmuró, otra vez absorto en la ventana.- Y ni se te ocurra mandar a Tom. No quiero ver a nadie más…
Rich abrió la boca con intención de responderle, pero Tim se encogió en su silla, abrazándose a sí mismo y cubriéndose los oídos como un niño pequeño que no desea oír más retos. Sin saber qué más hacer, lo observó una última vez, deseando poder hacer algo por su amigo, y salió de allí, con un paso vacilante, tan cerca de volverse para quedarse como de salir corriendo para encontrar a Georgia, aunque aquello no fuese a solucionar las cosas, sino a empeorarlas.

Tim se quedó sólo, envuelto en sí mismo, con una angustia que le oprimía el pecho con tanta fuerza que no podía respirar. Apretó la frente contra sus rodillas, tratando de contener el llanto, pero no fue capaz de hacerlo.
La imagen de Georgia estaba aún demasiado fresca en su memoria. La sensación de su tacto era todavía muy reciente para su piel. El sabor de sus labios estaba tan arraigado en los suyos que tenía la sensación de que aún estaba besándola.
Tim estaba condenado a amar a Georgia y lo sabía. De haber podido ser capaz de olvidarla, no hubiese permitido que lo afectara una segunda vez. El problema había sido que había pasado quince años extrañándola y amándola aunque él mismo no quisiera admitirlo y haber podido tenerla de nuevo había sido como recaer en la adicción de una droga que había logrado mantener a raya durante mucho tiempo.
No. No, Georgia era mejor que una droga. Georgia era saber que los sueños se hacían realidad, porque ella en sí era un sueño. Georgia era adrenalina y la capacidad de pasar por un millón de sensaciones distintas tan sólo durante la duración de un beso. Georgia era alivio, como el rayo del sol en pleno invierno o una fugaz y refrescante tormenta en verano. Era como un punto de partida del que nunca quería arrancar, pero al que siempre quería volver.
Georgia era un engaño, era miedo y decepción. Era la promesa de una vida que nunca se llevaba a cabo, de un amor que jamás llegaba a su clímax. Georgia era canciones sin terminar y un montón de melodías discordantes, porque nunca sabía si debían ser alegres o tristes.
Georgia era el amor de su vida, aunque la alianza en su dedo quisiera demostrar lo contrario. Era la más pura agonía y su recuerdo más feliz.
Era saber todo lo que ella había sido para él, pero que él, evidentemente, nunca había sido para ella. Era el final anunciado que Tim no había querido aceptar la primera vez y que en esta ocasión se lo llevaba por delante, amenazando con hacer trizas todo lo que le quedaba…
Pero lo peor de todo era que a Tim ya no le importaba, porque para él Georgia lo era todo y si eso era exactamente lo que había perdido, no tenía sentido que siguiera luchando en busca de una felicidad que le era esquiva.
Tim volvió a mirar por la ventana, con los ojos abnegados en lágrimas, y se dio cuenta de que estaba acabado.
**************************************************************

16 comentarios:

Maggie dijo...

sí!!! qué felicidad!!! sólo vi un nuevo fic y me emocioné jaja!

ahora me dispongo a leerlo! gracias, Lau!! por hacerte un espacio y escribir lo que se ha convertido en una especie de droga!

bises!!!

Maggie dijo...

Noooo!!! no me está gustando nada!! pobre Tim!! porqué Georgia ha sido tan cobarde? cuándo se le va a caer el teatrito a Jayne, y cuándo volverán a estar juntos Tim y Georgia?
mmmhh! no es justo u.u
me deprimió el capítulo!

y por eso mismo muy bueno!

karidiva dijo...

buenisimo!!!! como puedes describir todas estas sensaciones tan bien??

realmente da pena ver a Tim así

pili dijo...

no puede ser, me dejaste al borde de las lágrimas, si no escribes pronto la angustia me mata, chica, que escena!!! me dan ganas de entrar en ella y lanzarle el té por la cabeza a Jayne, valor!!!
ufff!!

Anónimo dijo...

aaaaah yo si fuera Georgia, no me hubiera ido asi como asi, sin antes haberle preguntado a Tim sobre le "embarazo" de la yegua maldita de Jayne ¬¬

quiero otro!! me mata imaginar a un timmy triste y desamparado :(

Lali dijo...

Diooooos que capítulo!!!!!!! Me mató de tristeza, de solo imaginar a ver a Tim así. Lo peor es que lo re imagino... Maldita Jayne, como dijo Pili, a mi tambien me hubiese gustado entrar en la escena y lanzarle la bandeja de té por la cabeza. Y encima está feliz la muy zorra, esa es la manera de amarlo qe tiene? Prefiere tenerlo encerrado en el estudio siendo un ente destruido, antes de que sea feliz? Tristisimo la verdad u.u
me compenetro demasiado con las historias, como se peude ver... jaja genial capitulo, espero el 24 prontoo, algo qe arregle las cosas!! Voto porqe richard vaya a buscar a Georgia y asi ella le puede decir por que se fue y asi se arregla todo! no qiero qe termine este fic, pero tambien necesito un final feliz, esto me esta matandoo!
saludos lau, y a todas las keanefics-adictas!

pili dijo...

Hola chicas keaneras!!! un abrazote a todas y especialmente a Laura, que nos tiene al pendiente de su teclado, jajaja...les quiero confesar que me he animado a publicar una fic....les dejo el link acá...http://chileankeanefics.blogspot.com/2010/02/inauguracion.html

chau
Pili

Maggie dijo...

oh!! me lleno de historias!! :D!
es seguro que la leeremos, Pili!! y también ojalá Lau pueda publicar pronto el resto de los capítulos!

saludos Keaneras!!
-XOXO

Lali dijo...

Wooow, chicas qe genial qe de a poco se animen a publicar sus fics! Gracias a Lau qe despues de todo fue la musa inspiradora de muchas de nosotras jiji, bueno, al menos la qe nos dio el incentivo, porqe las musas se saben qe son ya sea tom tim o rich xD Yo tambien tengo un par de fics dando vueltas, pero ninguno terminado ni decente para postearlo.. pero bueno qien sabe, maybe algun dia!
Besos a todas, y ya mismo corro a leer el de Pili! mientras, espero con ansias el capitulo 24 de LSS! espero lo puedas subir pronto lau!:D besoss

Maggie dijo...

sí!! Lau!! ojalá subas pronto el resto de la historia, ya me tiene ansiosa! jojo

y me leí el primer capítulo del fic de pili y está buenísimo, también como el de Romy, pero ella ya no ha subido! mmm! me dejan picada keaneras!

Anónimo dijo...

holis
aaaa me mata un tim tan depre!!1 tenemos q subirle el ánimo chicas, yo me ofrezco xd

saludos a todas; cuando tenga tiempo leo el nuevo fics

L.- dijo...

Hola a todas! (L)
Espero que etsén bien! Yo con tan poco tiempo como siempre! Como será que logré encontrar un ratito para escribir el 24 y no pude subirlo todavía!
Lamentablemente ahora no lo tengo a mano pero voy a hacer todo lo posible para postearlo mañana a la noche, así que crucen los dedos!

Les dejo un beso enorme a todas y gracias por el apoyo de siempre! =)

L.

karidiva dijo...

hay un 24 listo?? adonde, adonde? (lease con voz de ataque de ansiedad)

Lo esperamos!!

pili dijo...

Prontooooooooooooooooooooooooooo
que la ansiedad me mata, chica, jajja

karidiva dijo...

24 pleeeaaaassee!!!!!!!!!!

hiperventilada!!!!

L.- dijo...

Esta noche se viene el 24! Esten atentas!

(Perdón por la demora =P)

L.